La conexión en esta nueva forma de criar, es alimento.
¿Por qué es tan potente ser sostenidas, sea como sea, en este viaje? Últimamente he estado reflexionando, porque las mujeres a las que llevo más tiempo viendo siento que es como si hubieran desbloqueado el miedo a ser vulnerables, en todas las áreas, a pedir ayuda y a recibirla (ah!). ¿Por qué cuesta tanto recibir atención, recibir ayuda, y no nos cuesta nada darla?
Te voy a contar algo que siento que está pasando con esta nueva forma de mirar a la crianza, que quizá no es tan nueva, pero en conjunción con el mundo que nos rodea, sí lo es.
Criar con el mimo con el que lo estamos haciendo, sin miedo de abrazar, de hablar de emociones complejas, no es lo que hemos vivido como hijas, ni lo que han vivido nuestros padres ni abuelos.
El colecho, la lactancia, desear regular antes de agradar, poner límites, buscar bienestar, permitir que se escuchen al comer, que caminen descalzos, que jueguen sin luces ni sirenas de bomberos, sentarnos con ellos en una emoción complicada y poder decir “ay, yo también sufro cuando…”.
Es muy probable que no tengas referentes a tu alrededor que hayan vivido tu misma experiencia, tu forma de ver la crianza. Y me atrevo a decir que hay muchas, pero muchas ocasiones en las que se te pegan sus miedos cara al futuro.
Pero es que conectar en esa experiencia es alimentar las ganas de cambiar las cosas para bien. Es comprar muchos más boletos para el éxito.
Por eso el lugar en el que doy la mano a familias cada semana, es un espacio especial. Sin juicios. Donde deshacemos nudos, conectamos. Silenciamos todos esos miedos que en realidad, no son nuestros.
“Participar en momentos de escucha y aprendizaje, cambia la manera de interpretar nuestras propias experiencias y la forma en que vemos el mundo”.
–Deb Dana.
De ahí la importancia de participar en espacios seguros, donde los encuentres. Quizá es con un profesional que entienda, con tu familia, con amigas o con las palabras de un libro, curso o con este mail. Porque sí, aún leyéndome en diferido, estés donde estés, estamos conectando.
Conectando con las ganas de nutrirte.
Conectando con otras mujeres que leen lo mismo que tú.
Conectando con mis ganas radicales de que añadas bienestar a esta experiencia.
Sea como sea, ojalá puedas darle una oportunidad a vivir la vulnerabilidad sostenida.
Es como dejarte caer sabiendo que al otro lado, de una forma u otra, van a cogerte.
Porque cuando nos permitimos ser, experimentar y sentir, tener dudas y miedos y atrevernos a aparecer en medio de todo eso, es justo entonces cuando florecemos. Nosotras, nuestros pequeños y pequeñas extraordinarias.
Si quieres pasarte al lado del sostén en esta vulnerabilidad, en este viaje, estoy aquí, deseando escucharte, como digo con nuestros pequeños; con dos manos, dos ojos y los brazos abiertos.