En mi wishlist navideña, parte 2/3; ¡cuentos!

Vale, empezamos con las confesiones. Revisando los cuentos que voy apuntando en una nota en el móvil, me puse a investigar, me debió pillar floja porque los dos primeros que investigué, entraron en mi carrito de compra sin querer, y ya están en mi espacio, ¡y los hemos usado, leído y adorado!

¿Te cuento cómo investigo yo un cuento antes de comprarlo, sobre todo si lo compro online?

He tenido dos experiencias agridulces con cuentos infantiles últimamente, que parecían buenas opciones y la gente hablaba maravillas de ellos pero el mensaje a mi no me convencía para nada.

Así que desde entonces, siempre siempre, antes de comprar un cuento en tienda, me lo leo, enterito. Y si no, recurro a toda esa gente genial que se dedica a hacer cuenta cuentos en Youtube y se han leído todos los cuentos habidos y por haber.

Un apunte sobre mi visión de los cuentos.

Antes de contarte más, sí me gustaría contarte cómo mi visión sobre la infancia y la literatura infantil ha ido migrando hacia la mirada que tengo hoy. Hoy por hoy, para mí, los cuentos infantiles, sobre todo en esa etapa de los 0-5, son un “juguete pasivo” más. Algo que ofrecer cuando están interesados en ello. Y para lo que facilitar ratitos de concentración y exploración sin obstáculos. Pero no son algo obligado ni que nos sirva como recurso para “entretener”. Aunque yo lo he hecho, cuando era maestra en Cambridge, creo que juntar a un grupo de niños muy pequeñitos y contarles a todos la misma historia puede no estar ayudando a alguno de ellos. Yo recuerdo a Theo, un niño muy movido que no era capaz de sentarse quieto sin meterle el dedo en la nariz o tirarle del pelo a quién estuviera a su lado y cuando le interesaba el cuento, hacía mil preguntas en voz alta en cada página. Y sus compañeros se irritaban. Sólo tenia tres añitos y hoy mirando atrás, no creo que el ratito de “story time” les estuviera beneficiando tanto como yo pensaba que hacía. Lo utilizaba para relajarse, pero claramente Theo no se podía relajar así.

Quizá hubiera estado mucho mejor ofrecer un espacio de calma en el que cada niño se pudiera regular de la forma que mejor le viniera. Quizá a Theo le hubiera venido bien un rato de atención y conversaciones respondiendo todas las preguntas que se hacía o simplemente saltando o bailando.

Así que te animo a darle una vuelta a para qué usamos los cuentos en estas primeras etapas y nos alejemos de usarlos como un “material activo” que los mantiene pasivos mientras nosotros leemos.

Ahora sí, te enseño los cuentos que me apetece añadir a mi espacio y esos dos que ya se han venido conmigo, no lo he podido resistir.

Empezamos por, para mí, el autor estrella, Oliver Jeffers. De Jeffers tengo toda su colección de “Here we are” o “Estamos aquí” y del que ya te he hablado en este post. Tanto el cuento en tapa dura y hojas de papel, como las secuelas que creó a partir de él con hojas de cartulina, sobre números, letras, colores y opuestos. Son un “must” en mi espacio, los uso mogollón. Me encanta el estilo súper natural y lleno de concienciación por el planeta y todos los que lo habitamos y sé que sus cuentos se tiñen todos de ese color.

Quiero ampliar mi colección de Oliver con “Lo que construiremos, planes para un futuro juntos”, su último cuento, pero también me gustaría tener algunos más, ¿no son todos geniales?

Tenía muchas ganas de tener al autor Jon Klassen en mi espacio, pero siento que algunos de sus cuentos son muy visuales, pero algunas de las historias no me acaban de convencer para esos primeros añitos, así que con él, he investigado de más sus historias y esta de Triángulo me ha parecido una maravilla. Te dejo el vídeo de Youtube con el que decidí que se venía conmigo así, sin pensármelo. Una historia de humor, de dos amigos gastándose bromas donde sin querer, entendemos las formas geométricas. Además es una trilogía, así que “Círculo” y “Cuadrado” están en la lista de pendientes.

Otros de los autores que para mí son súper referentes, es Benji Davies; La Ballena es un cuento que le compré a Laura en Kubo (si estáis en Valencia, ella tiene una selección preciosa de cuentos siempre) y es un hit aquí. Así que me encantaría ampliar, y no puedo decidirme. “El copo de nieve” es un cuento precioso y perfecto para esta época, pero viendo al mismo autor, Benji, leyendo junto a su pequeña en este vídeo “El Grotlin”, me decidí por él, aunque seguro que amplío con alguno más.

El Grotlin es una historia sobre algo misterioso que se pasea por las calles de Londres, un Londres ilustrado de ensueño, por cierto, y va robando cosas, según desaparecen nadie sabe qué es hasta que un día ven a una criaturita volando por los cielos con todo lo que ha ido robando. No te cuento más, pero es una historia bonita, con unos personajes para recordar e irse a dormir con el corazón calentito.

Entre mis autoras por explorar está Yael Frankel, una ilustradora que crea y colabora muchos cuentos infantiles y sigo en su Instagram (@yaelfran), me enamora cada uno de los cuentos que enseña, así que le he preguntado a María, y me cuenta que puede que los traiga a su tienda, Vaivén y así hacerme con ellos, os contaré qué tal seguro. Tiene uno sobre familias y diversidad que tiene muy buena pinta. ¿Tú los has visto o los tienes?

Y luego, títulos así sueltos de los que tengo fotos por haberlos visto en persona y haberme gustado mucho;

Cuéntame qué cuentos tienes en tu wishlist! Creo que es una de las cosas más complicadas de encontrar en librerías tradicionales así que me encantará conocer tus descubrimientos.

Nos vemos pronto,

Mar.

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