Acompañar en la sensibilidad a nuestros niños y niñas estas Navidades (sin morir en el intento).
La Navidad es una etapa preciosa para algunos, de sentimientos encontrados para otros, en la que si algo tenemos claro es que el mundo se llena de expectativas. No esperamos menos que nuestras ciudades llenas de luces y oliendo a castaña, nuestros niños comiéndoselo todo, tranquilitos y haciendo carantoñas a toda la familia, las casas llenas de regalos y comida tradicional para compartir, cantar canciones, acumular buenos momentos, crear memorias, hacer fotos, volver a ver a mucha gente… la lista es eterna.
Pero lo que más queremos para las Navidades de nuestros niños y niñas es sin duda que se contagien de ILUSIÓN. Esa ilusión que sentíamos en nuestra infancia la noche antes de reyes, comiendonos las uvas, encontrando el último trozo de nuestro turrón favorito. Y lo cierto es que la Navidad está para eso. Yo he vivido y respirado esa ilusión y es de lo que más disfruto cada año; la fondue suiza que nos marcamos en nochebuena saltándonos todas las normas, hacerle poesías graciosas a mi abuela, chocolate con churros, villancicos con la guitarra, regalos de esos que te escucharon hace meses y de golpe aparecen, recibir y dar.
Pero para los niños, las Navidades no son todo esto aún, están viviendo sus primeras veces y las primeras veces, a veces desconciertan. Son vacaciones pero tampoco son como las vacaciones de verano. Esta carta de hoy es el primer pasito para poder entender qué está pasando para ellos y ellas y cómo podremos acompañarles mejor en estas fiestas. Mis consejos para el verano (seguro que si vas hacia atrás en el blog o instagram los encuentras), son mucha calma en las estructuras, soltar rutinas y permitir nuevas experiencias y aprendizajes a su ritmo, tenemos tiempo de sobra y aprovechamos esa flexibilidad para observar, soltar y permitir.
Sin embargo, estas vacaciones, las de Navidad, son cortas, intensas, llenas de compromisos, sobre-estimulación y primeras veces.Pueden llegar a ser agotadoras. Y aunque para muchos de nosotros sean súper enriquecedoras a partes iguales, empecemos por entender qué van a necesitar ellos. Que va a ser casi todo lo contrario de a lo que llamábamos en verano. Estructura, seguridad, sueño reparador, encontrar cobijo en el juego, entre otros.
Ahora te contaré qué vais a necesitar si estáis viendo a mucha familiavs. si estáis en petit comité (sin ver a grandes grupos o viviendo en el extranjero), pero algo que tenemos en común, que es la base para todas y cada una de las situaciones en las que nos encontremos es cubrir las necesidades básicas.
CONSEJO UNIVERSAL: Protege las necesidades básicas de tu pequeño o pequeña.
¿Cuáles son? Para mí las necesidades básicas en las infancia son:
Comer - Dormir - Moverse - Conectar.
En reuniones familiares o días más llenitos de compromisos puede faltar alguna de las patas de esta mesa. En este post te dejé mucha información sobre comer, moverse o conectar para poder llegar a dormir. Para mí, es todo una rueda que interactúa entre sí y que por mucho que intentemos que descansen, si no han tenido todo lo demás, nos va a resultar casi imposible. En estas fechas, además, permite (y favorece) muchas más siestas y ratitos de relax, noches más largas y todo el descanso que necesiten. Háblalo con ellos si crees que lo pueden entender. Cuéntales que para tener energía vamos a tener que descansar algunos ratitos más. Aunque parezca contraproducente para vuestra rutina, vuestro día a día durante el curso no tiene nada que ver con la rutina en estas fechas, si no nos da miedo que no vayan a la escuelita unos días, ¿por qué sí da miedo que hagan alguna que otra siesta más cuando lo necesitan en un periodo muy intenso? Un cerebro con capacidad para responder a nuevas situaciones, retos y emociones complejas necesita estar bien repuesto y el sueño debería ser nuestra prioridad número uno en estas fechas.
Comer, moverse en libertad o conectar con nosotros es algo que van a necesitar cada día, así que planea bien el día para incluir ratitos de juego cooperativo, canciones o rutinas de cuidado con tiempo y mimo para conectar. Espacios donde puedan moverse sin restricción ni expectativas, preferiblemente al aire libre cada día un buen rato. Y por supuesto, asegúrate que la comida es suficiente y que no están comiendo con ansiedad por la situación.
—Si crees que esto puede estar pasando, propón comer en tu regazo (aunque sea un pelín mayor para esto, da seguridad y ayuda mucho a encontrar una “burbuja” de seguridad cuando todo es muy nuevo o emocionalmente demandante) y ponerte un temporizador 7 o 10 minutos donde tu conversación y atención esté al 100% en él o ella. Durante este tiempo podéis elegir qué ponéis en el plato y probáis juntos. Aunque esté empezando a probar alimentos y no pueda comunicarse verbalmente, hazlo como si lo hiciera, es una oportunidad genial para hablar sobre los alimentos como algo que nos nutre y nos da energía, nos aporta antioxidantes, fibra, o simplemente nos gusta el sabor o recuerda a nuestra infancia. Esto es algo que podemos practicar en momentos de caos en la mesa y que va a ayudar mucho a que estén sentados mientras comen, conscientes de lo que entra en su boca (y pendientes de la deglución) y terminar de comer cuando se levantan. Además, tener un discurso positivo sobre la comida que nosotras ingerimos nos ayudará muchísimo en muchas áreas en el futuro. Te dejo un post de Jennifer de “kids eat in color” que habla justo sobre esto.
Ahora, si vais a ver a muchísima familia, vais a estar la mayor parte del tiempo fuera de casa o viajando, te cuento;
Explica muy bien qué está pasando ahora y qué va a venir después. Te dejo aquí una plantilla que puedes imprimir o usar de forma digital en la que puedes pegar o dibujar las cosas que están pasando y lo que va a pasar después. Por ejemplo ahora estamos en casa, después vamos a ir al coche y pegar la foto del coche. Explica para qué vais a ir al coche pero no esperamos que tengan una memoria o capacidad para acordarse de largas frases. Así que en el coche puedes decir “vamos a casa de la abuela”, enseñarle una foto de la abuela, de la casa o de algo significativo o pegarlo en la plantilla. Poquito a poco predecimos, practicamos la memoria y alimentamos esa necesidad de orden y control natural y vital para sentirnos seguros.
Si va a haber una vuelta al cole, te recomiendo que cojas cualquier calendario, o dibujes uno con cuadraditos y cada día dibujéis una casita o una familia junta para indicar que ahora estamos de “vacaciones” y que pronto, cuando llegue el día X vamos a volver al cole. Dibuja el cole en ese día en el calendario y trata de llevar un orden con esto.
Cuando trabajaba en UK en escuelas siempre hacíamos este ejercicio y les mandábamos calendarios y mini fotos del cole tachado para que pudieran comprenderlo y es brutal la diferencia de saber qué está pasando con tu rutina y cuándo va a volver a la normalidad.
No por ser pequeñitos aún, “no se enteran” de estas cosas. Justo porque son pequeñitos, tenemos que ponernos creativos para ordenar sus rutinas y llenarlas de sentido en su lenguaje.
En las reuniones presenta a cada miembro de tu familia o amigos dando ejemplo claro de cómo hablar y relacionarse con tu pequeño o pequeña en concreto. Si necesitan tiempo y un poquito de espacio, somos nosotros quién modelamos sin tener que explicar con palabras cómo les gusta que les hablemos. Si prefieren que les saludemos de lejos aprovecha cuando estén jugando para presentarles de una forma divertida. Si prefieren girar la cara y no mirar directamente, introdúcelo en la dinámica nada más conocerles con humor.
Te pongo un ejemplo de este último caso, niño en brazos con cara girada y metido en tu cuello, a priori, parece “ vergüenza”, yo diría: “A Pablo no le gusta mirarnos a la cara al principio, pero cuando esté más relajado ya verás que le encanta reírse y cantar el villancico del burrito. Pablo, este es tu tío Pepe, el hermano de la tía Maya, puedes bajar a jugar si te apetece o quedarte en bracitos, yo voy a hablar aquí un ratito con él que hace mucho que no le veo”.
—¿Qué crees que le está diciendo esto a Pablo? ¿Qué expectativas hay de él? ¿Cuánta frustración, vergüenza o presión hay en este intercambio? ¿Y qué crees que le dice al tío Pepe de cómo nos gusta tratar a Pablo? ¿Has tenido que dar alguna charla de cómo nos acercamos a nuestros niños o simplemente “ se sabe”?
Este es mi estilo favorito para hacernos sentir cómodos a todos y acompañar a esos familiares que no han vivido una crianza tan respetuosa en entender cómo te apetece criar a tu pequeño o pequeña. Y en darle el espacio a tu niño para elegir quedarse o irse, dar la cara o no, saludar ahora o saludar más tarde (fíjate que no he dicho “no va a saludarte nunca porque le da vergüenza siempre todo!!” he dicho “cuando esté mas relajado…”).
Y por último el juego, si estás dentro del curso de juego, igual ya sabes qué voy a contarte, pero creo que en este caso, estando fuera de casa la mayor parte del tiempo, el juego en casa tiene que ser algo que nos apetezca, no nos resulte ni demasiado fácil ni demasiado difícil y nos permita explorar sin tener que tomar muchísimas decisiones (y sus respectivas consecuencias). Por tanto para esos ratos en casa ofrece materiales infalibles, que no supongan recoger muchísimo y a los que podamos añadir elementos que vienen con la navidad y tengan sentido; cajas, papel de envolver, la corona del roscón, etc. Yo elegiría dos o tres entre las siguientes; piezas para construir, puzzles de madera o más grandotes, arcilla para descargar un poquito, pelotas y elementos con las que idear toboganes, ceras y papel. Entre algunas que otras cosas. Me alejaría de cuentos largos, puzzles complicados o actividades que nos reten muchísimo y me centraría en actividades que les interesen pero que no supongan un desgaste mental añadido.
Ahora bien, si vais a reuniros en petit comité vuestra familia inmediata o invitar a alguna que otra persona a casa, os cuento qué haría yo para nutrir emocionalmente esta época en la que no hay escuela y hay algunas tradiciones, sin grandes reuniones o mucho caos;
A diferencia del caso anterior, si vais a pasar muchas horas al día en casa, organiza un espacio de juego diferente cada par de días (o cada día si lo necesitáis), lleno de actividades que favorezcan sus siguientes aprendizajes, esos siguientes pasos. Aprovecha para ofrecer cuentos, juegos de mesa o actividades más creativas que de normal no tendrías tiempo a ofrecer y regala muchos momentitos de conexión y nuevos aprendizajes juntos. Por ejemplo, mis colores favoritos (los Stabilo woody 3 in 1) son ceras en madera que se convierten en acuarela con pincel y agua, sería un momento perfecto para ofrecer un poquito de agua y practicar, añadir elementos naturales que hemos recogido de paseo y colgar las obras de arte en un rincón. Podéis añadir cuentos, algunos juegos de destreza manual, de insertar, sacar, coser con cuerda gorda o momentos complejos de plastelina o arcilla. Aquí poneos creativos en cómo conectar juguetes que ya le interesan con otros.
Incluye actividades al aire libre todos los días, a poder ser, de forma rutinaria, a las mismas horas más o menos y en las que puedan correr, andar, explorar libremente. También podéis; llevar cestas y recoger hojas, hacer semilleros para los pájaros del parque, crear cocinas de barro con los cubitos de la playa o hacer fotos a las cosas que vemos y nos interesan. Todas son actividades geniales para estas fechas. El cuento “ Manos a la Tierra; Crea tu propio jardín” me encanta porque da muchísimas ideas de cositas que hacer al aire libre.
Aprovecha para descansar y crear esos momentos de conexión que en el ajetreado día a día nos cuesta más crear.
Incluye, en la medida de lo posible, a tu pequeño o pequeña en la decisión o elaboración de platos navideños, y dale la oportunidad de empezar vuestras propias tradiciones navideñas.
Salid a buscar cuentos navideños a bibliotecas o librerías, caminad por las calles de la ciudad y comed comidas típicas de dónde estéis. Salid a buscar esa ilusión compartida y explicad qué es lo que estáis viviendo, luego podéis mirar las fotos de lo que habéis visto o escribirlas. ¿Te acuerdas de lo que te conté del journaling? Pues este es un momento perfecto para empezar.
—Un último apunte sobre los regalos, si recibís regalos que no habéis pedido, son sorpresa y no estáis seguras de si es el material adecuado para esta etapa o momento, pero ya están abiertos, déjalos fuera a su alcance un día o dos, que pueda explorarlos bien, pero pasado este tiempo, inclúyelos en tu rotación de juguetes*. Cambia todos los juguetes al cabo de un par de días y como si fuese parte natural de la rotación, vuelve a sacarlo de vez en cuando, cuando sea oportuno o se ajuste de alguna manera a sus intereses. De esta forma evitamos que se convierta en un agente “novedoso” que no aporta, pero “me emociona y le dedico gran parte de mi día ¡pero! me genera mucha frustración o sobre-excitación y no puedo gestionarlo”.
*Si quieres saber más sobre la rotación de juguetes, te lo cuento todo en el monográfico sobre simplificar el Juego.
Muchas gracias por llegar hasta aquí y recuerda que estos son consejos generales que aportan bienestar emocional a nuestros niños y niñas y por ende a nosotros, pero si crees que esto no está ajustado a tu caso, escríbeme, y lo hablamos.
Esto es, entre muchas otras cosas, de lo que hablamos cuando te acompaño. Creamos un plan de acción para cada estación de vuestra vida y por supuesto tenemos en cuenta todas, toditas vuestras circunstancias. Poquito a poco se van uniendo más familias, y detrás de The Extraordinaries estoy solo yo, con disponibilidad limitada, si te apetece que os acompañe a navegar este viaje con conciencia, intención y mucho sostén, escríbeme, nos tomamos un café gratis donde podrás saber si es para ti y empezamos en Enero.
Y ahora sí,
¡Feliz Navidad!
Mar.